Alejandro Magno entra en el templo de Jerusalén

Mientras perseguía Persia, Alejandro Magno se desvió hacia el sur, y conquistó Tiro (actual Líbano) y Egipto. En su camino a Egipto, estaba decidido a destruir el Templo judío en Jerusalén, pero esto no ocurrió. En el famoso relato corroborado tanto por el Talmud como por Josefo, Alejandro desmonta de su caballo y luego se inclina al ver al Sumo Sacerdote, Shimon HaTzadik. Al explicar su comportamiento, dice que no se inclinó ante el Sumo Sacerdote, sino ante Dios, quien honró a Shimón con el Sacerdocio. Continúa diciendo que cada noche antes de la batalla, Shimon Hatzadik se le aparecía en sus sueños con su vestimenta sacerdotal y le aconsejaba sobre tácticas y aseguraba su victoria sin derrotas.

Josefo, Antigüedades 11.8.4-5

"Y cuando subió al Templo, ofreció sacrificios a Dios, de acuerdo con la instrucción del Sumo Sacerdote, y trató magníficamente tanto al Sumo Sacerdote como a los otros sacerdotes. Y cuando se le mostró el libro de Daniel, en el cual el profeta declara que uno de los griegos destruiría el imperio de los persas, supuso que él mismo era la persona a la que se refería." 

Israel y Jerusalén hacen una transición pacífica bajo el dominio griego. 

En esta imagen estás viendo un retrato de piedra preciosa de cornalina de Alejandro Magno encontrado en Tel Dor, Israel.

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