El rey Antíoco IV Epífanes profana el templo

Cuando Antíoco IV asumiendo al trono, se tomaron pasos graduales, deliberados y más tarde contundentes para helenizar a los judíos, que "destriparon" estratégicamente la esencia de la práctica religiosa judía, y dejaron solo una cáscara de simulación que fácilmente se acomodaría a las ideologías griegas. Una de sus primeras acciones fue tomar el control del Templo debilitando el oficio del Sumo Sacerdote. Lo siguiente fue destruir el calendario judío. Los tiempos señalados por los judíos, incluidos el sábado, las fiestas sagradas y la santificación de la Luna Nueva, son parte de la responsabilidad judía de santificar el tiempo. Prohibir a los judíos de esta observancia les impediría severamente practicar el judaísmo. Le siguió la prohibición de mantener la kashrut y el estudio de la Torá y, finalmente, se denegó la circuncisión, el signo físico del pacto judío con Dios. 

‍1 Macabeos 1:45-50

«Él (Antíoco IV) les ordenó que no ofrecieran sacrificios, ofrendas de grano u ofrendas de vino en el Templo, y les ordenó que trataran los sábados y las fiestas como días de trabajo ordinarios. Incluso se les ordenó profanar el Templo y los artículos santos que había en él. Se les ordenó que construyeran altares, templos y santuarios paganos, y que sacrificaran cerdos y otros animales impuros en ellos. También se les impidió circuncidar a sus hijos...»        

1 Macabeos 1:60-61

«Las madres que habían permitido que sus bebés fueran circuncidados eran ejecutadas de acuerdo con el decreto del rey. Sus bebés eran colgados del cuello... »

‍Josefo, Antigüedades 12.5.4

«... el rey (Antíoco IV) había construido un altar de ídolos sobre el altar de Dios, y sacrificó cerdos sobre él...» 

Bajo el epitafio Epífanes que significa "Dios manifestado", Antíoco introdujo la persecución religiosa en el mundo.

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